La forma epistolar tiene, en las novelas, un encanto secreto. Una carta espontánea vale más que muchos discursos académicos, sobre todo cuando está bien escrita como cualquiera de las de esta historia. Porque el alma se desviste de las ficciones a que le obliga la vida corriente, y se manifiesta en toda su diafanidad o en su negrura.
Y eso es lo que ocurre en Papaíto piernas largas, titulo de esta novela de Jean Webster, y nombre cariñoso que da Jerusha (que luego se vuelve judith, la brillante universitaria) a un protector desconocido que ha resuelto prohijarla. Ella le cuenta con toda gracia espiritual los mil incidentes de su vida estudiantil, que sabe animar con fina ironía y exornar con el detalle de pequeñas travesuras y situaciones emotivas. También aletea en sus cartas el ángel de un amor. ¿Cuándo no, en el corazón de las mujeres? Así, hasta que Papaíto piernas largas, encantado con las perfecciones de su ahijada, se resuelve a conocerla... y a que ella le conozca también.
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P.D.: Este quiza fue uno de los primeros libros que leí a eso de los 11 años... pero tiene una historia muy particular... nada de copias ¬¬
Los personajes de este libro tiene un encanto muy particular.... casi te llegas a encariñar con ellos, y yo en lo personal me enamore de la personalidad traviesa de Judith...
Pues si.... tiene un final feliz, pero no de los que yo me esperaba....
Espero que les guste este libro de la misma manera que a mi a mis 11 años (y que todavia me sigue gustando)....
PD2: Seee... el libro es viejo.... casi 100 años ¬¬
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